¡Bienvenidos/as un día más a mi blog! ¿Os suenan estas frases?
"Nada de lo que hago es suficiente" "He tenido suerte" "No me lo merezco" "No soy lo suficientemente buena" "Los demás se acabarán dando cuenta" "Me felicitan por cortesía, pero no es para tanto". Bien, estas frases se relacionan con aquello que se dicen así mismas las personas con el síndrome del impostor.
Definición: El síndrome del impostor, también llamado 'fenómeno del impostor' o 'síndrome de fraude', es un problema psicológico en el que el paciente es incapaz de reconocer sus propios logros y valía personal. Esto conlleva un miedo permanente a ser descubierto como un mentiroso.
Este síndrome afecta a ambos géneros, pero es bastante más común en mujeres ¿por qué será? Quizás, ¿por la falta de referentes femeninos? ¿por las diferencias salariales? ¿las pocas expectativas que tiene la sociedad en la mujer? Una vez más, la lacra del patriarcado.
La persona que padece este síndrome creen que son sobrevaloradas por lo que sienten un temor constante a que el resto descubra que es un fraude, ya que piensan que no se merecen sus éxitos y los atribuyen a causas externas, como la suerte, sin embargo, los errores se lo atribuyen a ellas mismas por ser incompetentes, se realizan autoboicot, ya que mantienen un diálogo intenso con ellas mismas en el que se autosabotean. La persona que padece este síndrome tiene una baja autoestima y un mal autoconcepto sobre sí misma, ya que desvalorizan sus capacidades y potenciales, provocándose un malestar, también provoca a la persona ansiedad.
El entorno influye en la aparición de este síndrome, ya que está relacionado con la autoexigencia que tiene la persona sobre sí misma de no poder cometer errores, esto es prácticamente imposible ya que somos seres humanos, lo que dificulta el respeto hacia sí misma, esto muchas veces se debe al crecimiento de una persona dónde desde la infancia no le era permitido cometer errores e implicaban patrones de pensamiento rígidos lo que provoca realizar juicios constantes hacia una misma.
Debemos ser conscientes de que el perfeccionamiento es peligroso y no siempre es constructivo. Somos seres humanos y como tales, cometemos errores y podemos convertirlos en una fuente de aprendizaje. Planteémonos si nuestro concepto de éxito es realista y si el de fracaso es justo y reconozcamos nuestros logros y habilidades. ¡Acepta los piropos de los demás!
Hola Sofía, me ha gustado mucho lo que has compartido, dado que no conocía el síndrome del impostor. Después de conocer un poquito más sobre este concepto, estoy de acuerdo en lo que dices de que "debemos ser conscientes de que el perfeccionamiento es peligroso y no siempre es constructivo". Para ayudar a las personas que tienen este síndrome, ¿no crees que los de su entorno deberían saber de su existencia y así poder ayudar o mejorar la actitud de la persona? Un saludo!
ResponderEliminar¡Buenas Alba! Muchas gracias por tu aportación, me alegro que te haya agradado esta entrada. En cuánto a tu pregunta, rotundamente sí, ya que siempre es favorable tener apoyos para afrontar las adversidades, además como menciono en la entrada, muchas veces el desarrollo de este síndrome se ve influenciado por el entorno del individuo, por lo que seguramente también se debería de intervenir con el entorno para proporcionarle herramientas y concienciarle sobre ello. ¿Cómo intervendrías con el entorno para que se convierta en un apoyo? Un saludo
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