¡Buenas lectores! Esta semana me gustaría compartir con vosotros mi punto de vista sobre una polémica de la que seguro habéis escuchado hablar, ya que se ha emitido hasta en el telediario.
Bien, con lo anterior me refiero a la escena protagonizada por el actor Will Smith en los Oscar 2022 al golpear al cómico Chris Rock, por realizar una 'broma' hacia su mujer, Jada Pinkett, refiriéndose a la alopecia que sufre debido a una enfermedad autoinmune.
Entiendo que Chirs Rock es un cómico y que su trabajo implica en diversas ocasiones estar en la línea de lo que se considera aceptable o no. Bajo ningún concepto se merecía ser golpeado ya que la violencia nunca es bienvenida, pero considero que su comentario estuvo fuera de lugar, ejerciendo la violencia estética.
Por otro lado, Will Smith como es obvio reaccionó mal y no voy a defender ese acto de ninguna manera. Entiendo que las palabras muchas veces provocan más daño que un golpe físico y que a nadie le gusta que provoquen dolor a alguien que queremos, ahí la importancia de saber gestionar nuestras emociones y solucionar conflictos, ya que podía perfectamente haber esperado a tranquilizarse e intervenir luego, a través del diálogo asertivo para evitar ese conflicto.
La mayor parte de las noticias han enfocado su atención en los protagonistas anteriores, dejando a un lado a Jada, víctima de la violencia estética ejercida por Chris, ya que una vez más se ve reflejada la lacra de los estereotipos. Si no cumples los cánones de belleza establecidos por la sociedad desgraciadamente, estas condenado a sufrir mínimo una vez algún comentario hiriente. Qué pena ¿no? Valoramos más a las personas por su apariencia física que por los valores que transmiten.
Además, vemos el machismo, 'aquél hombre que debe salvar a su princesa', Jada tiene voz y podría haberse defendido sin necesidad de que su marido se levantara y le cruzara la cara al presentador, mostrando lo machito que es por defender 'lo suyo', aquí también podemos ver reflejados los roles de género, el hombre: fuerte y protector.
Y no, el amor no nos hace cometer locuras, como decía Will en su defensa, agredir por amor, no es amor, es violencia. Usar el amor para justificar la violencia física o emocional, es el amor tóxico. No todo vale.
Por último, me gustaría destacar la reacción del público ante la situación que se produjo: nula.
¿Tan normalizada tenemos la violencia para que nadie se pronunciara y siguieran como si nada? ¿Reaccionar con la violencia tiene justificación? ¿Somos tan humanos como creemos o más bien nos acercamos a los animales?
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