¡Bienvenidos/as de nuevo a mi blog! Hoy me gustaría hablar sobre el ghosting, ya que está desgraciadamente en tendencia en los últimos años debido al desarrollo de la tecnología y por lo tanto, de las redes sociales.
El término ghosting procede del inglés: ghost, que significa fantasma y hace alusión a aquellas personas que están creando un vínculo con otra persona y de repente desaparecen sin dar ninguna explicación, simplemente no contestando o evitando que se ponga en contacto con ella.
La persona que lo lleva a cabo, puede pensar, "oye, así me evito pasar ese mal trago de tener que decírselo y me esfumo sin más, además seguro que así no lo pasa tan mal". Pues no.
Quizás pienses que hacerlo es mejor que contar la verdad, pero la verdad dolerá menos que las dudas, debido a que la otra persona siempre se preguntará el porqué y esto puede conllevar demasiadas consecuencias, ya que cuando te vas de la vida de alguien sin dar explicaciones haces que se sienta culpable de ello, y puedes generarle muchas inseguridades por lo que disminuye su autoestima.
Se genera en la otra persona la idea de no ser merecedora y además puedes reforzar el miedo a ser abandonada.
¿Sigues creyendo que es la mejor opción?
La otra persona no es culpable de que dejes de sentir, debes ser sincero/a con ella, entiendo que te cueste gestionar tus emociones y que no sepas lidiar con situaciones que te resulten incómodas, pero no es justo con la otra persona, ya que dejas secuelas emocionales muy grandes.
En contraposición de lo anterior, me gustaría hablaros de la responsabilidad afectiva.
La responsabilidad afectiva es asumir nuestra responsabilidad de aquello que hacemos o decimos ya que esto tiene un impacto en la otra persona. Es dejar claras nuestras intenciones o expectativas con la otra persona, establecer límites, sea la la relación que sea, y respetarlos, comunicar nuestros sentimientos, en definitiva mantener relaciones basadas en la empatía y asertividad.
Debemos ser conscientes de que las personas pueden percibir ciertas situaciones de manera muy diferente a la nuestra, tenemos que tener conversaciones con ellas aunque a veces puedan resultar incómodas para así poder comprendernos de manera recíproca y respetar las necesidades emocionales propias como las de la otra persona, sin confundirla con el "ahora sí, ahora no".
Por favor, comunicar vuestros sentimientos e intenciones a la otra persona, escucharla y que os escuchen, así evitaremos malentendidos y reduciremos el daño.
Menos bombas de humo y más responsabilidad afectiva.
Fuente: Pixabay
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